lunes, 18 de noviembre de 2019

El Templo de Júpiter de Clunia, Peñalba de Castro-Huerta de Rey

Regresamos a una de las antiguas ciudades romanas de más importancia, como fue Clunia Sulpicia, citada por Plinio el Viejo en su Historia Natural (III, 26-27). Fue la continuación poblacional de un castro arévaco, muy cercano, llamado Kolounioku, topónimo que derivó en Clunia, como ocurre con el nombre de tantas ciudades romanas, las cuales lo toman, ya sea total o parcialmente, de la denominación indígena. En relación a la temática de este blog, son ya varios los vestigios de este lugar que hemos traído, como los dos altares consagrados a Neptuno hallados, un oráculo, un santuario priápico y vestigios del culto a Las Matres. Hoy dejamos constancia de un templo, situado en lugar preminente de su foro, dedicado al principal dios del panteón romano, como fue Júpiter. Parte de sus elementos decorativos y arquitectónicos fueron reutilizados con el devenir de los siglos en edificios de la zona, como una hospedería o en la ermita románica de la Virgen de Castro, la cual se encuentra, además, en el lugar donde se halla una necrópolis de época visigoda.
Como se puede apreciar, nos encontramos ante un yacimiento fascinante, no sólo por los restos romanos, incluido su famoso teatro romano, como periodo más importante documentado, sino de distintos periodos, ya sean anteriores a Roma o posteriores a su periodo de dominación.

Vista aérea de la zona del foro de Clunia, donde se hallaba el Templo de Júpiter

Fuente: templosromanosenhispania.wordpress.com

Era el principal templo de la ciudad, situado en el extremo sur del foro y ocupaba una posición dominante por asentarse sobre un podio elevado. Su dedicación a Júpiter se confirmó tanto a través de textos (Suetonio, biografía de Galba), como epigráficos o escultóricos. Los únicos restos que se conservan en el lugar son de la argamasa y las piedras que constituían el relleno del podio, descubierto por I. Calvo en 1915. La zona está muy degradada y expoliada, como así atestiguan las noticias sobre el lugar de Hinojal en 1913, en la que detalla que además de la extracción de los sillares del podio, veinte años antes un huracán acabó por arruinar lo que de él quedaba.
Las excavaciones realizadas por Pedro de Palol en los años 1972 y 1973 del pasado siglo, se concentraron en el perímetro de base del templo, ya que éste era prácticamente irreconocible y sólo quedaba el caementicum del núcleo del podio.
Se determinó que era un edificio de 38 m. de largo y 16,60 de ancho y se conserva la última hilada del muro.
El acceso al podio era a través de dos escaleras laterales desde la parte posterior del edificio, de las que se conserva sólo la impronta sobre el caementicum. Además, es destacable el ábside semicilíndrico de la parte trasera del podio.No se pudo concretar nada respecto a la disposición de las cellae ni de sus capiteles. Es de suponer que son de orden corintio como el pórtico del foro. De estos datos, Palol dedujo que era un templo hexástilo, pseudiperíptero con ábside. Su cronología, al igual que el resto del foro, está dentro de la dinastía Julio-Claudia.
Las modificaciones en el ala lateral este, apuntan a que se trata de capillas de culto y no de tabernae del mercado. La división en tres espacios, hacen pensar en una triada de culto. Además aparecieron en esa zona las cabezas y fragmentos de dos jóvenes de la familia Julio-Claudia, un busto de Augusto joven y otro probablemente de Nerón, lo que sugiere culto familiar augusteo. Presentan pavimento de signinium y losas de mármol de Espejón (Soria), cantera próxima muy utilizada en la construcción de Clunia.

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