Nos ha interesado la historia del mítico rey Batueco, que como su nombre indica, reinaba por tierras de lo que es el Valle de las Batuecas y alrededores, donde tenía como enemigos a los jáncanus, esa especie de "polifemos", conocidos también, en otros lugares peninsulares, como ojáncanos en Cantabria; ojarancos u ojancos en Castilla; olláparos en Galicia o pataricos en Asturias, seres, todos ellos, de un único ojo (el propio Batueco se podía asemejar, pues era tuerto). Este rey también tenía como enemigos a los rucones, un antiguo pueblo del periodo de las invasiones germánicas, al que muchos autores otorgan origen astur, pero que otros estudios los sitúan en el territorio hurdano, como las investigaciones de Jordá Cerdá o, posteriormente, el propio Félix Barroso Gutiérrez, el gran experto, como ya sabemos, en todo lo relacionado a este territorio.
Estas enemistades eran debidas a esa eterna lucha, tan recurrente, entre los agricultores, aquí representados por Batueco y sus vasallos, y los pastores, como los jáncanus, en dialecto asturleonés propio de la zona hurdana, o jáncanos en castellano, y los rucones, también pueblo pastoril.
Evidentemente, no negando ciertos conflictos existentes por el uso de las tierras y los pastos que se hayan podido dar a lo largo de los siglos, son muy pocas las ocasiones en las que se nos habla de la gran vecindad existente en siglos pretéritos, en la sociedad concejil, donde en los bienes comunales, de verdadera gestión pública, y no a lo que hoy llamamos público, se encontraba la satisfacción de todas las necesidades en cuanto a tierras de cultivo, de pasto y de aprovechamiento forestal y cinegético; pero ya sabemos que parece primar más la construcción, malintencionadamente o no -apostaría por lo primero-, de un pasado oscuro y negativo de la humanidad que ensalce el presente y, de tal modo, nos haga aceptar lo que a día de hoy vivimos en la sociedad contemporánea.
Pero dejando estos asuntos al margen y centrándonos en el tema de hoy, hemos de decir, por tanto, que estamos ante un mito que conjuga, de manera fascinante, lo fantástico y lo histórico, dando como resultado una joya más del acervo cultural hurdano.
Valle de las Batuecas - Foto: Gelomadrid15 - Wikipedia (2015) |
Fuente: Similitudes entre leyendas y mitos de España, Irlanda y Escitia - Alejandro Herrero Pizarro - Revista de Folklore Nº 450 - agosto 2019
También en la mitología extremeña han permanecido leyendas sobre las luchas que mantuvo el rey Batuecu (que era tuerto) contra unos pastores cíclopes en el pasado. El rey Batueco y sus vasallos serían también pastores guerreros, aunque hacían uso de la agricultura, lo que causaría un conflicto con los jáncanus, como recoge Félix Barroso (Barroso 2015, 139). Uno de los aliados de este rey Batueco es un poderoso señor, familiar del mismo, al que llaman Tautu. Según relatos recogidos por Barroso, los jáncanus andaban en guerra contra el rey Batuecu y otros pueblos como los ruconis. Los rucones eran un pueblo para el que se ha propuesto origen cantábrico, riojano o astur trasmontano. Este pueblo habitaba de forma semiautónoma en tiempos de los godos (Siglos v y vi) para los que se han propuesto varias ubicaciones, desde Asturias a la zona extremeña de las Villuercas. San Isidoro y otros autores ubican la Ruconia entre montañas mientras otros lo sitúan cerca de la costa cantábrica.