Seguimos tras las huellas de
Moras Encantadas. En el famoso libro de
Ramón Carnicer, "
Donde Las Hurdes se llaman Cabrera", al que hicimos referencia no hace mucho por aquí, se recoge el breve fragmento que aportamos en esta ficha, donde podemos comprobar que esta mitología también se da en la comarca leonesa de
La Cabrera, lo cual no es de extrañar, cuando hemos comprobado que este mito se repite por multitud de lugares, muy diversos, de la
Península Ibérica, que es nuestro campo de investigación al que dedicamos este blog.
Como siempre hacemos, sin ánimo de ser reiterativos para los más habituales por estos lares, simplemente con la intención de dar la información a la persona que por cada una de estas fichas pase de forma aislada y sin apenas conocer el mito de las encantadas, ya se las vista o no de mora, hemos de decir que seguramente estemos hablando de lejanas divinidades que se asociaron a distintos lugares, normalmente de la
Naturaleza, como cuevas, ríos, fuentes, etc, aunque, como es el caso de la referencia que hoy traemos, parece que muchas tenían predilección por las cuevas. Estos personajes femeninos, en muchas ocasiones, sólo se suelen aparecer en momentos concretos del año, sobre todo en el
Solsticio de Verano, o lo que es lo mismo, en fechas
sanjuaneras y podían traer, en algunos casos, algunas que otras desventuras a los que con ellas se encontrasen en esas fechas, principalmente si eran del género masculino, tratando muchas de ellas de conseguir el ansiado desencantamiento, sin lograrlo y quedando atrapadas, eternamente, a ese lugar.
En Galicia y Portugal son las
mouras, en Asturias las
xanas, en Cantabria las
anjanas, en el País Vasco quizás sean las distintas manifestaciones de la
diosa Mari y en el resto peninsular las
encantadas,
encantás o
moras encantadas, que como en el caso de hoy, a veces -o muchas veces- un término y otro van unidos.
Tienen cierta similitud con el mundo de las
ninfas de la mitología clásica grecorromana, por lo que parte de sus raíces las pudieran encontrar en estos seres mitológicos, aunque muy posiblemente también en divinidades autóctonas de los pueblos prerromanos. Cualquiera sabe; pero ésa es mi apuesta personal: la de creer que son un claro sincretismo de muchas divinidades y mitologías, muchas de ellas muy antiguas.
A
Ramón Carnicer, en su viaje por la comarca de
La Cabrera, allá a inicios de los años sesenta del pasado siglo, alguien le habló de una
Cueva con una
Mora Encantada, historia que había escuchado en distintos puntos de
La Cabrera, como él mismo explica, aunque no extrae conclusiones que lleven el asunto a posibles raíces más lejanas a la de tiempo de moros, allá por el Medioevo.
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Lago de La Baña, La Cabrera - Foto: leonnaturalmente.com |
Fuente: Donde Las Hurdes se llaman Cabrera - Ramón Carnicer
-¿Y sabes más historias de los moros?
-Hay muchas. Le contaré una de una cueva.
La historia de Alberto se refiere a una mora encantada; ya la había oído en Llamas, y me la volverían a contar en La Baña. Casi todas las historias de moros se desarrollan en cuevas y se complican con encantamientos, arcas de oro y esclavas. La gente las cuenta con enorme impresión de lejanía, superior siempre a la de los romanos. A través de ellas se saca la consecuencia de que los romanos practicaban un positivismo duro y sin contemplaciones, mientras que los moros, más que ejercer un poder, andaban constantemente por los vericuetos de la magia, enredados en pactos confusos y en líos de mujeres.
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La comarca de La Cabrera ubicada dentro del mapa de la provincia de León |