lunes, 29 de junio de 2015

El foculus de Consabura, Consuegra

Hoy nos acercamos a La Mancha, a Consuegra, población cuyo origen lo encuentra en la antigua Consabura -una de las ciudades carpetanas más importantes- que se situaba sobre el conocido como Cerro Calderico, hoy en día ocupado por molinos de viento y el castillo de Consuegra. En este cerro se vienen realizando excavaciones arqueológicas desde hace años y allí se encontró una pieza de las conocidas como foculus, que no es otra cosa que un antiguo brasero de uso ritual. Se piensa que bien pudo cumplir una función de culto a los antepasados heroizados.
Además de con el texto que traemos como fuente, de José Joaquín Muñoz Villarreal, ilustramos igualmente la ficha con un vídeo de imágenes de la campaña arqueológica realizada el pasado año en el Cerro Calderico, ubicación, como se ha dicho, de la antigua Consabura. Del foculus, tristemente, no hemos encontrado imagen alguna. Creo que se encuentra en el propio museo arqueológico de la población de Consuegra, con lo que habrá que acercarse a visitarlo una vez más, pues en una vista realizada por el que esto escribe hace seis años, se le pasó la existencia del mismo.

Cerro Calderico, Consuegra - Foto: turismoconsuegra.com

*Fuente: Consabura: de oppidum a municipio romano. José Joaquín Muñoz Villarreal

En 1971, F.J. Gilés Pacheco publicó una serie de materiales bastante fragmentados procedentes de la colección de D. Óscar Dignoes, junto a estas piezas alude a un foculus o braserillo del que dice que es "recipiente de forma de cuenco de media esfera con bordes vueltos al interior y labios planos, de los que sobresalen dos apéndices puntiagudos perpendiculares al vaso. Está fabricado a mano con pasta tosca reducida, desgrasante de sílice grueso. Se conserva la superficie exterior bruñida y brillante; la interior se encuentra completamente quemada, con huellas de negro humo. La decoración es de dos clases: típicos estampados circulares y cruciformes y líneas de incursiones ungulares. La altura es de 16 cm; el diámetro del recipiente de 16,5 cm; anchura del pie 9 cm". Sobre la funcionalidad de esta pieza nos indica este investigador que es evidente que el objeto descrito fue utilizado para cierto fin litúrgico y no como recipiente de uso común. En este contexto, poco sabemos sobre los ritos, la religión y en general sobre la ideología de sus habitantes. No obstante, algunos investigadores recientemente han apuntado la posibilidad de que estos objetos rituales fueran característicos de cultos a los antepasados heroizados y que su utilidad sería por tanto, la de llevar las brasas del hogar doméstico a los sacrificios públicos.




Las Vueltas de San Juan, Nájera

Otra curiosa celebración, en torno a San Juan y el Solsticio de Verano, la encontramos en la población riojana de Nájera, en la propia comarca a la que da nombre. Hablamos de una fabulosa muestra de fervor colectivo y de unión del pueblo de Nájera conocido como Las Vueltas de San Juan. En la web con información sobre el valle del río Najerilla, al que da nombre la propia Nájera, encontramos esta descripción del festejo.

Las Vueltas de San Juan de Nájera - Foto: losparrales.com

*Fuente: vallenajerilla.com

El día mágico de san Juan, a las afueras de la ciudad, en El Paseo, espacio privilegiado en el que el pueblo disfruta de la Naturaleza, para celebrar el solsticio de verano, tiene lugar desde tiempo inmemorial—nada ha cambiado salvo la música y la forma de tocarla—una fiesta pagana mediterránea en la que se da culto al sol, fuente de la luz, del calor y de la vida, con un baile colectivo en corro. La repetición de la fiesta en san Pedro tiene un sospechoso tufillo de copia y despedida. Como el juego de pelota y las corridas de toros, esta fiesta solar bailada está bien documentada ya en la vieja cultura cretense. La cristianización de la fiesta ha sido muy superficial.
 Las cuadrillas, la sociedad civil más elemental, es quien organiza la fiesta. En ella no intervienen en absoluto ni las autoridades políticas ni las religiosas.
Una fiesta comunal: Tiene un marcadísimo carácter colectivo en la organización y en el desarrollo de sus partes esenciales: la comida y el baile.
La gente. Es la protagonista. Con una organización típicamente popular: en cuadrillas, festeja colectivamente, con ocasión de la llegada del verano, la plenitud de la luz y de la vida. 
[...] Esta fiesta pagana, colectiva, sin organización oficial, ajena al ritual católico, donde cuerpos y almas se mezclan con absoluta espontaneidad en una danza alegre y despreocupada donde brilla en toda su libertad el genio y la chispa popular, es dificilmente comprensible para la mentalidad bien pensante que aspira a controlar la opinión y la vida privada y pública.



martes, 23 de junio de 2015

La quema de la sorgina o bruja, Mundaka

En estos momentos la magia puede surgir en cualquier rincón insospechado. Nos encontramos en la noche de San Juan, la noche de las hogueras que tratan de celebrar la mayoría de edad del Sol; pues a partir de este momento -algunos dicen desde el 22, pero a simple vista a partir de mañana se empieza a apreciar- los días empiezan a retroceder poco a poco y las tinieblas a ir ganando, igualmente, poco a poco terreno a la luz, hasta cruzar el equinoccio de otoño, donde día y noche se igualan, para acabar llegando al Solsticio de Invierno, dentro de 6 meses, donde la noche habrá vencido y la luz empezará, de nuevo, a ganar poco a poco espacio, a partir de ese momento, a la oscuridad con el nacimiento del nuevo Sol, en ese ciclo "eterno" del transcurrir de las estaciones.
Como prometimos ayer, esta semana vamos a ir trayendo distintas manifestaciones de este festejo. En este preciso momento, cientos y cientos, sino miles, de hogueras arden celebrando este momento astronómico y el inicio de la estación estival. Una noche muy mágica que en Mundaka, población de la comarca de Busturialdea-Urdaibai, se celebra quemando a la sorgina o, lo que es lo mismo, bruja en euskera. Quizás nos encontremos ante la demonización de antiguos personajes paganos, llevada a cabo por el cristianismo, quemando a la que llaman bruja, aunque, por otra parte, quién sabe si no es más que la simbolización de lo viejo, que ha de ser quemado, dando paso a lo nuevo, en esa especie de baile entre lo nuevo y lo viejo, entre la vida y la muerte y entre el transcurrir de las estaciones, los años y devenir del mundo.
Mirad bien mañana a Sol, cuando amanezcan; seguro que sale bailando celebrando su mayoría de edad, celebrando la propia existencia.

Foto: m.escapadarural.com

*Fuente: mundaka.org

Al anochecer, a partir de las 22:00h. será el momento de la tradicional kalejira para llevar a Sorgin Nagusia a la hoguera. Los dantzaris de Gaztezar bailarán a la bruja, el gato "Katobaltz" y el búho "Mosolo", en el pasacalles que partirá desde la plaza. La quema será en la Atalaya a medianoche. 
Esta tradición cumple ya 56 años en Mundaka, desde que fuera recuperada en 1958 por Jose Gondra y Jose Mª Egileor. Según la historia recogida en el pueblo, ambos idearon una especie de anda para llevar a la "Sorgina" y sobre su joroba a "Katobaltz" y en la punta de la escoba a "Mosolo". Según la tradición en estos personajes se concentraban los males pasados, presentes y futuros, y se esperaba que todos ardieran en la hoguera. En aquel tiempo (23 de junio de 1958) se paseó a la bruja por el pueblo al son del txistu de Jose MªEgileor y otros vecinos. Entonces la quema se realizó en Txorrokopunta. Así se recuperó esta ancestral tradición en Mundaka, la noche de San Juan, San Juan Gaua o Udako Eguberria (Equinocio de Verano).


lunes, 22 de junio de 2015

Los Caballucos del Diablu, Cantabria

Acabamos de llegar al Solsticio de Verano en el hemisferio norte terrestre y, como cada año, son multitud de festejos ancestrales los que aguardan durante la fiesta de San Juan, la cristianización de estas celebraciones en torno al solsticio veraniego. Durante buena parte de esta semana, para homenajear un momento astronómico, o más bien solar, tan importante, iremos dejando constancia de distintos mitos o celebraciones en torno a este momento del calendario. Hoy en concreto nos acercamos a Cantabria, donde aparecen unos personajes mitológicos conocidos como los Caballucos del Diablu. Elementos simbólicos como el trébol de cuatro hojas, el, igualmente, vegetal conocido como verbena, tan típico en estas fechas, o el enamoramiento de los jóvenes, que los Caballucos del Diablu tratan de truncar, hacen acto de aparición en este mito.
Aprovechamos para desearos un ¡Feliz Solsticio!.

Hoguera de San Juan en Cantabria - Foto: eldiariomontanes.es


*Fuente: es.mitologiaiberica.wikia.com

Los Caballucos del Diablo surgen en la mágica noche de San Juan en un estallido de fuego y humo e inundando el silencio de la noche con un bramido infernal que libera la furia de estar contenidos durante un año. Los Caballucos del Diablo portan alas de libélula con las que surcan la noche.
Estos caballucos no tienen un origen muy claro. Tampoco las gentes saben mucho sobre ellos. Manuel Llano Merino nos habla de siete, G.A. García Lomas y J.C. Cabria de tres. Lo único cierto, es que muchas de las gentes de Cantabria creían que las libélulas, la noche de S. Juan –y algunos anocheceres crudos de invierno- no eran tales, sino que se trataba de caballos que, cabalgados por el diablo, salían en rápido recorrido con las negras crines al viento, los ojos relumbrantes, y relinchando y arrojando fuego por la boca y fuerte viento por los ollares, tratando de indisponer a los enamorados, e impedir que pusieran los ramos a las mozas.
Su alimento eran los tréboles de cuatro hojas, que devoraban con fruición, seguramente para impedir que les encontraran quienes salían al anochecer a buscarlos. Se abalanzaban sobre todo el que encontraban en su camino, destrozándolo son sus cascos. La única salvación posible era llevar un manojo de verbena, que había que recoger antes de dicha noche, o estar cerca de la hoguera de San Juan, a la que jamás se aproximaban.

Siguiendo lo contado por Manuel Llano, las leyendas relatan que los Caballucos eran siete que se corresponden con los colores: rojo, blanco, negro, azul, verde, amarillo y anaranjado. El primero de ellos, el caballo rojo, el más robusto y grande es el jefe que dirige al resto en su misión de búsqueda. Los lugareños que han visto a los caballucos dicen que el mismo diablo cabalga sobre él.
Los Caballucos atraviesan sendas y caminos dejando huellas de herraduras sobre todo lo que pisan. Las rocas y piedras que se encuentran bajo sus pezuñas quedan marcadas como si se tratase de tierra recién labrada. Tal es la fuerza de su pisada.

También poseen un resoplido tan fuerte y frío como los vientos de invierno que hace moverse y caer a las hojas de los árboles y arbustos.

A veces, señalan los lugareños, los caballos después de tan fatigosa búsqueda, se paran agotados y su saliva goteando se vuelve barras de oro que si son encontradas por algún hombre le traerán suerte y le harán inmensamente rico, pero cuando muere, su alma baja directamente al infierno.

Las leyendas y supersticiones señalan que estos caballos provenientes del infierno, en realidad eran hombres que por sus pecados perdieron su alma y se vieron obligados a recorrer Cantabria por el resto de la eternidad. El caballo rojo era un hombre que prestaba dinero a los labradores y luego embargaba sus propiedades con sucias tretas; el blanco era un molinero que robaba muchos sacos del molino de su señor; el negro era un viejo ermitaño que engañaba a la gente; el amarillo era un juez corrupto; el azul, un tabernero; el verde, un señor de muchas tierras que deshonró y se aprovechó de muchas jóvenes y el naranja era un hijo que por odio pegaba a sus padres.


sábado, 20 de junio de 2015

El dado íbero del alfar de Mas de Moreno, Foz Calanda

Volvemos cinco años después, en este blog, a Foz Calanda. Aquella vez fue en la búsqueda de la sacralidad del Monte Tolocha y hoy lo hacemos para hacernos eco de un descubrimiento que ha trascendido hace escasos días. Nos referimos a un dado hallado en la última campaña de excavaciones del alfar íberromano de Mas de Moreno, en Foz Calanda, en la comarca del Bajo Aragón. El descubrimiento se cree puede servir, quizás, para descifrar los signos de numeración íbera, al menos del 1 al 6, por lo que se considera de suma importancia.
Este objeto no pareciera tener importancia para esta página web, especializada en las manifestaciones sacras y de culto de la Prehistoria y la Antigüedad -o que hunden sus raíces en dichos periodos-, pero creemos que, quizás, pudiera gozar de una dimensión que fuera más allá del mero juego, pues los dados no sólo se usan para jugar, sino que también, a través de ellos, se trata de descifrar el futuro, siendo ésta una práctica que, a buen seguro, se vino dando desde muy antiguo. Por lo tanto, abrimos también esta hipótesis, pues dichos signos, quizás no fueran números y sí signos a través de los cuales tratar de descubrir la fortuna o el futuro de una persona o grupo social.

Foto: diariodeteruel.es


*Fuente: Marcos Navarro - diariodeteruel.es, 11/06/2015

...la gran estrella de esta campaña ha sido un dado de arcilla cocida de 2,5 centímetros "que tiene la particularidad de que en cada una de las seis caras aparece un signo ibérico". La hipótesis es que estos signos ¨pudieran asociarse a numerales de época ibérica, de los que apenas se tiene información", explicó José Antonio Benavente. "Sabemos cómo suena su lengua, pero no sabemos traducirla. Que en una pieza aparezcan seis signos que se podrían corresponder con los números del uno al seis puede suponer una aportación interesante para conocer la lengua ibérica", resaltó el arqueólogo, que señaló que se localizó un dado similar en Numancia (Soria).

"Existe documentación sobre la utilización de los dados para jugar en época romana, incluso se sabe que había gente ludópata que apostaba", indicó Benavente.

Además, se han hallado cuatro figuritas de arcilla cocida de unos cinco centímetros entre las que se identifican animales como un toro o buey, un caballito y un carnero, así como un brazo de una figurita humana que podría corresponderse a una muñeca. "Aunque este tipo de piezas sí se conocen, que en un mismo yacimiento hayan salido hasta cuatro piezas es muy significativo", destacó.


miércoles, 17 de junio de 2015

El Pico Sacro y Cruach Phádraig, Santiago de Compostela e Irlanda

Hace más de cinco años, cuando no llevaba mucho tiempo de vida este blog, hablamos del Pico Sacro, en las cercanías de Santiago de Compostela. Hoy volvemos para hablar de una comparación, que hemos encontrado, y que nos ha resultado muy curiosa, entre los cristianizadores de Galicia y de Irlanda: Santiago y San Patricio. De pasada, en dicha comparación, donde se narran aspectos bastantes coincidentes en uno y otro caso, se cita la vinculación de Santiago con el Pico Sacro y de San Patricio con la montaña irlandesa de Cruach Phádraig, encontrándose elementos, igualmente, muy comunes en ambos casos. Usando el Pico Sacro como elemento de conexión, es una de las pocas veces que toma protagonismo un enclave externo a la Península Ibérica y qué mejor lugar que una tierra tan conectada con Galicia y con tanto simbolismo céltico como Irlanda. Volviendo a la comparación que hoy nos ocupa, lo que está claro es que tanto uno como otro "héroe" cristiano, no hacen otra cosa que esconder bajo el velo de su leyenda dos lugares y un buen número de ritos y enclaves que ya eran sagrados antes de la existencia del cristianismo, como ocurre con estas dos montañas que hoy hemos traído.

*Fuente: progael.com

El cuerpo de Santiago, elevándose milagrosamente hasta la cima del Pico Sacro, mató a un dragón que salió de la cueva. Se considera una metáfora relacionada con los cultos paganos en Galicia, simbolizados por la serpiente.
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San Patricio expulsó a las serpientes de Irlanda estando en la cima de Cruach Phádraig, después de que varias serpientes lo atacaran durante su ayuno de 40 días. Se considera una metáfora que refleja los cultos paganos en Irlanda, simbolizados por la serpiente.
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En la época pagana, el Pico Sacro era conocido como Monte Ilicino / Ilianus. Cualquiera de las dos versiones puede estar relacionada con la palabra latina aquilinus "aguileño" (debido a la forma del pico).
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En la época pagana, Cruach Phádraig era conocido como Cruachán Aigle. Parece ser que aigle deriva de la forma latina aquila "águila" (debido a la forma del pico).
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Cada año, los fieles acuden al Pico Sacro en romería el 20 de enero y el último domingo de mayo. En la cima hay una capilla de la que se conservan partes románicas de reconstrucciones realizadas en los siglos XI y XII. También hay restos de una fortaleza.
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Cada año, los fieles acuden a Cruach Phádraig en peregrinación el último viernes de julio, el último domingo de julio (a veces coincide con el día de Santiago y por lo tanto con el año santo compostelano) y el 15 de agosto. En lo alto hay una capilla y se conservan restos de otra anterior conocida como Teampall Phádraig.
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El Pico Sacro, con morfología a base de rocas de cuarzo cristalizado, está asociado con el oro. No se podía vulnerar con aperos de hierro y, en los días de tormenta, escupía oro que la gente se apresuraba a recoger.
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En Cruach Phádraig, con morfología a base de cuarcita, se descubrió oro en la década de 1980 (14 gramos de oro por tonelada en un mínimo de 12 vetas de cuarzo). No llegó a explotarse por la oposición de Mayo Environmental Group.

martes, 16 de junio de 2015

Estela con figura antropomorfa, Casar de Cáceres

Estamos ante una estela granítica de factura tardorromana, según dicen, aunque otros opinan que puede ser de época prerromana, es decir, de época vettona, pues nos encontramos en Casar de Cáceres, en la Mancomunidad y comarca de Tajo-Salor, en territorio de lo que fue la antigua Vettonia. Al que esto escribe le recuerda, incluso, a las estelas funerarias de la Edad del Bronce. Formaba parte del muro del cementerio de Casar de Cáceres, donde en algún momento determinado, no lejano, se reutilizó, hasta que se puso en valor y se extrajo para ser llevada al Museo Arqueológico Provincial de Cáceres, donde se encuentra.

Foto: naveibera.com

 Por la curiosa figura del antropomorfo representado, con una llamativa rigidez, además de por la forma de su cabeza, su largo cuello, sus marcados hombros redondeados, su curiosa sonrisa y sus pies que parecieran llevar botas, ha sido objeto de muchas especulaciones que se escapan a la temática de esta página, pero que no tienen por qué ser menos respetables. En su cuerpo contiene una inscripción, con caracteres latinos, por lo que se cree que la estela es de época romana, como se ha dicho, aunque podría haber sido tallada con posterioridad. El mensaje parece contener siglas o abreviaturas, no conociéndose, por tanto, su significado:

I.D.I.
M.I.M.
ILVCIA
SP.M.A
SVDLIE
CK A
S .N.

(Lectura de Ricardo Hurtado de San Antonio)


lunes, 15 de junio de 2015

Colgante fálico del Cerro de San Juan del Viso, Villalbilla

El sábado, visitando la exposición temporal "Dioses, héroes y atletas" del Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares, nos encontramos con este amuleto fálico procedente del famoso Cerro de San Juan del Viso, enclave donde se ubicó la primera población de la antigua Kombouto carpetana, la que luego sería la Complutum romana, origen de la actual Alcalá de Henares, aunque el colgante se halló, en este cerro, dentro del término municipal de Villalbilla, también perteneciente a la comarca conocida como la Alcarria de Alcalá o la Alcarria madrileña, pues el Cerro de San Juan del Viso se halla en el límite entre los municipios de Alcalá de Henares, Torres de la Alameda y el propio Villalbilla.
En los contemporáneos tiempos, tan pueriles, una representación fálica produce risas, pero en la Edad Antigua eran auténticos elementos protectores, además de símbolos de fecundidad, como posiblemente lo fue este colgante de época romana, en concreto, del siglo I d. C.

Foto: Iberia Mágica

*Fuente: Cartel explicativo de la exposición "Dioses, héroes y atletas. La imagen del cuerpo en la Grecia Antigua".

La representación del falo simboliza la fuerza germinativa de la naturaleza, una potencia mágica, la fuerza vital generadora que puede representar incluso el Genius del difunto, lo que le sobrevive después de la muerte, la continuidad de su individualidad. El desnudo mágico, con la potente exhibición de los órganos sexuales, era común a todos los pueblos de la Antigüedad. El amuleto fálico protege a los seres más vulnerables, como los niños, contra el mal de ojo y era frecuente en la vida cotidiana de las gentes de Grecia y de Roma.


La Mojea del Viñazu y el toro de San Juan, Tierras de Granadilla

En algún lugar de Tierras de Granadilla, parafraseando al autor de la más universal obra literaria castellana, aunque en nuestro caso en relación a la comarca extremeña y no a la manchega, se encuentra La Mojea del Viñazu. Félix Barroso, una de nuestras máximas referencias, sobre todo en lo que se refiere a la comarca de Las Hurdes, que tantas veces traemos a este blog, y a comarcas aledañas, como la de hoy, de la que es oriundo, nos deleita en la red con publicaciones de sus andanzas arqueológicas, rastreando los campos, principalmente de su comarca. Ayer publicó su visita del pasado viernes, 12 de junio de 2015, en el paraje conocido como La Mojea del Viñazu, donde no especifica ubicación, ni municipio, pues a veces es recomendable no hacerlo. Por mojea, como bien explica, se designa un sitio de vegetación espesa, mientras que viñazu nos pone sobre la pista de que nos encontramos en un lugar donde hubo una antigua viña, además de por otras pruebas, como ser una finca con alto muro de piedra, como ocurren en otras muchas viñas, y con colocación de losas que se usaban para guiar a las viñas. En este lugar, además de una curiosa leyenda de fecundidad, relacionada con el simbolismo del toro, en torno al Solsticio de Verano que tan próximo está y que se nos cuenta más abajo en palabras del propio Félix Barroso, existen muestras cultuales en forma de cazoletas, además de las ruinas de una ermita que, a buen seguro, cristianizaba un lugar que ya era sagrado mucho antes.



Fotos: Félix Barroso Gutiérrez

*Fuente: Félix Barroso Gutiérrez

Todo este lugar está impregnado de numerosos enigmas mágico-religiosos, lo que nos lleva a conjeturar que fue un lugar sagrado para remotas culturas. La gente mayor cuenta que, al llegar la "sacrosanta" mañana de San Juan (sosticio de verano), momentos antes de la salida del sol, aparecía en la "mojea" un toro embravecido y furioso, echando baba por la boca. Y refieren que aquellas mozas que quisieran asegurar su futura fertilidad tenían que acudir allí esa misma mañana, quedarse como su madre las trajo al mundo delante del toro y limpiarle a éste la baba con un pañuelo nuevo y rojo. Pero todo el proceso debía realizarse en el mismo momento en que resplandecían las sierras anunciando la salida del astro rey, sin que llegara a asomar la gigantesca y radiante estrella. Si el sol aparecía y no se había ultimado el proceso, el toro embistiría a la moza por sus partes y la mataría.
Esta curiosa y enjundiosa leyenda nos lleva a aquella encarnación del toro en antiquísimas divinidades, que se encargaban de fertilizar la tierra mediante el envío del semen divino en forma de lluvia fecundante. De aquí la costumbre ancestral de asperjar sangre de toro sobre los sembrados, a fin de obtener grandes cosechas. Los druidas (sacerdotes celtas) mezclaban el muérdago con la sangre de dos toros blancos y preparaban una pócima que, ingeriéndola, curaba la esterilidad. Y se cuenta que las antiguas egipcias le mostraban el sexo a Apis, el "Toro sagrado", para asegurar su fertilidad. Por estos pueblos, siempre se dijo aquello de "tieni el toru que joel pol él y pol el güé" (tiene el toro que padrear por el él y por el buey). Los antiguos dioses fecundadores estaban emparentados con el toro y, a su vez, eran divinidades de las tormentas (el trueno es semejante al mugido del toro). Todos estos dioses se encuentran en hierogamia con la diosa Madre o diosa Tierra, a la que se solía representar como a una vaca. El escritor de origen griego Diodoro Sículo (IV, 18,3) afirma que los toros son sagrados entre los hispanos. Pinturas policromadas en cerámicas nos hablan de toros asociados a danzas rituales, en las que participaban mujeres solteras, lo que pone de relieve el carácter fertilizante, genésico y viril del toro.
Como cosa curiosa, hemos de decir que por estas tierras se conserva aún una singular copla, muy popular y cargada de gran sensualidad, cuyo estribillo es el siguiente: "A la Remolona la ha cogíu el toru,/la ha metíu el cuernu por el as de oru./A la Remolona la ha vueltu a cogel,/la ha metíu el cuernu pol allí otra vez".
Finalmente, observamos un trozo del lienzo de uno de los muros de una antigua ermita (posible sustitución de algún templo pagano) que se encontraba lindando con la "Mojea del Viñazu".


Tierras de Granadilla

sábado, 13 de junio de 2015

Santuario rupestre de Manzaneda, Manzaneda-Truchas

No hace muchos días, supimos de la existencia de un santuario rupestre en la comarca de La Cabrera Alta, el Santuario rupestre de Manzaneda, una población perteneciente al municipio de Truchas, que ya visitamos en busca del que llaman el pozo del dios Teleno, en Corporales. El pasado mes de abril, en el Diario de León, trascendió la existencia de este santuario, texto que hoy traemos en parte, pero cuya fotografía que acompañamos, también de la publicación, no es muy clara, la verdad, en cuanto a la determinación del altar y el conjunto de petroglifos que lo componen, según se dice. Éste se encuentra a gran altura -1400 metros de altitud- en la parte más alta de lo que fue un antiguo castro astur.

Foto: J. Fernández Lozano - diariodeleon.es

*Fuente: E. Gancedo, diariodeleon.es - 10/04/2015

Javier Fernández Lozano, investigador de la Universidad de Salamanca y doctor en Ciencias Geológicas por la Universidad de Utrecht, es el autor de este descubrimiento en torno a un auténtico ‘nido de águilas’ arqueológico aupado a más de 1.400 metros de altitud.

«Se trata del primer santuario rupestre con altar que aparece en la Cabrera. Está situado en Manzaneda y presenta una serie de inscripciones compuestas por cazoletas y surcos que en algunos casos se intersectan —explicó este especialista—. El castro, de época prerromana, esto es, datable entre los siglos V y I a.C., fue identificado con ayuda de fotografías aéreas por los arqueólogos de la Junta de Castilla y León, que centraron su estudio en el estilo de construcción de los paramentos de la muralla».
Fernández Lozano, buen conocedor de la zona y coautor del libro Ruta romana del oro en la Valdería, añade que en el último inventario arqueológico realizado en la zona, «Julio Vidal describe la muralla como un paramento de losa en seco, pero no analiza la parte interna del mismo. Ahora, el estudio que hemos realizado nos ha permitido detallar la presencia de un altar en la parte más elevada del castro. Situado en su zona central, se identifica en él un conjunto rocoso singular caracterizado por una cresta de roca volcánica y una losa de piedra subhorizontal. Esta última presenta varias cazoletas y surcos que bien pudieron servir para la realización de libaciones y otros ritos».
Y así, además de esas marcas hechas por la mano del hombre, el resto de aspectos que permiten identificar el lugar como altar rupestre son, sobre todo, y como dice, «su situación geográfica, con una vista inmejorable a una montaña tan importante para aquellas gentes como es el Teleno; la abundante presencia de manantiales —en época prerromana el agua era un símbolo divino, de paso entre la vida y la muerte—; y el hecho de encontrarnos en una zona de contacto entre dos litologías, la roca volcánica y la pizarra».
Rasgos que permiten a este leonés, experto en sistemas de información geográfica, asegurar que estamos ante el primer santuario al aire libre identificado en La Cabrera.


miércoles, 10 de junio de 2015

Danzas de la Octava del Corpus, Valverde de los Arroyos

Muchas de las fiestas ancestrales de las que hemos hablado, tanto en las mascaradas y danzas invernales, como en las primaverales celebradas, en buen número, en mayo, tienen su continuación en otras como la que hoy traemos. Tal y como se establece en el texto que aportamos como fuente, las Danzas de la Octava del Corpus de Valverde de los Arroyos, población de la comarca de la Serranía de Guadalajara, según se dice, fueron desplazadas, por bula papal, a ser celebradas en la fecha del Corpus, por lo que, a buen seguro, no serían tan tardías en origen. De este modo, nos han recordado, por el colorido de los danzantes y algunos de sus ritos -la danza de paloteo, la del Cordón, etc-, a otras muchas celebradas a mitad de invierno y que tratan de despertar a la ya no tan lejana primavera por aquellas fechas del Imbolc. Pero esto no deja de ser una mera impresión del que estas líneas escribe, con lo que, como siempre, agradeceríamos cualquier información y opiniones, al respecto, de los lectores que por aquí aparecierais.
Para finalizar diremos que estamos a los pies del que dicen fue un monte sagrado en tiempos celtibéricos por estos pagos, el Ocejón, constituyendo la subida más conocida por la contemplación que se hace, en su subida, de la bonita cascada que cae de la montaña conocida como chorreras de Despeñalagua.

Foto: turismocastillalamancha.com

*Fuente: turismocastillalamancha.es

Si algo caracteriza esta fiesta, es la vistosa vestimenta de los danzantes, en que destaca su alto gorro adornado con flores. Tampoco se queda atrás el botarga, figura tradicional en Guadalajara, vestido de vivos colores.  Las danzas que ejecutan, de origen pagano, no estuvieron ligadas a la celebración cristiana hasta el s. XVII, en que por bula del papa León XI, se les permitía“bailar cubiertos ante el Santísimo”.
Los danzantes realizan su primera danza, la de la Cruz, en las eras, tras la misa. De vuelta en la plaza, interpretan la danza de los Molinos, de paloteo, en que parecen luchar blandiendo sus palos al son de la música. Le sigue la danza del Cordón, en que trenzan ocho cintas de distintos colores, alrededor de un palo que sostiene el botarga.  Y así, hasta completar las seis danzas que permanecen de esta antigua tradición, que, según los vecinos, llegó a tener hasta doce variantes.

La sacralidad del Monte Abantos, Sierra de Guadarrama

Son ya varias las ocasiones en las que su nombre -Monte Abantos- ha salido a relucir en este blog, pues nos hemos acercado a distintos enclaves, que tiene alrededor, con testimonios de culto desde tiempos prehistóricos. Ahí está el caso de Canto Gordo, más conocido, por una falsa leyenda, como Silla de Felipe II; también tenemos otro altar rupestre vettón como es el Canto de Castrejón, en el conocido como Bosque de la Herrería, La Peña Sacra, el Dolmen de El Rincón o las muestras rupestres aparentemente cultuales existentes cerca de la Fuente de las Negras y La Naranjera. De este modo, era ya merecido que el Monte Abantos tuviera su propia ficha en Iberia Mágica.
Es notoria, en todos estos parajes, la fuerte presencia de este monte que se asemeja a un buitre con las alas extendidas, de donde le viene su propio nombre, de ahí que apenas se dude sobre su antigua sacralidad (junto al Canto Gordo existe una piedra caballera que se asemeja a la forma de un buitre y que se pudiera estar, simbólicamente, conectada con el Monte Abantos); factor al margen son los distintos fenómenos paranormales que se vienen sucediendo, incluso en tiempos presentes, pero que no por ello hay que dejar de mencionar.

El Monte Abantos con San Lorenzo de El Escorial y el Monasterio a sus faldas. Foto: getafevoz.es

Os ponemos el tema que nuestros amigos Keltika Hispanna -vettones como el propio monte y que lo ven desde su entorno- le dedicaron no hace mucho tiempo. Un lujo poder inspirarse con contemplaciones de este tipo:
 


Sierra de Guadarrama (Sistema Central)

martes, 2 de junio de 2015

Un altar consagrado a Marte en Alcalá la Vieja, Alcalá de Henares

El año pasado se nos pasó este importante descubrimiento realizado en el municipio de Alcalá de Henares, en las excavaciones que se vienen realizando desde 2008 en Alcalá la Vieja, junto al cerro testigo conocido como Ecce Homo. Se trata de un altar romano dedicado al dios Marte de grandes magnitudes -1,70 metros y 900 kilos- y que ha sido datado entre el siglo I y II d. C. Fue hallado en un contexto que no le pertenece, entre restos de la Baja Edad Media, casi ya dentro del Renacimiento, es decir, entre los siglos XIV y XV. A pesar de ello, debido a su gran dimensión -aunque parece haber sido erigido por un particular de nombre aún no descifrado-, se especula con la posibilidad de que hubiera habido un templo en aquella zona, además de la posibilidad de que este lugar hubiera sido el primer asentamiento romano en el municipio, antes de la propia Complutum.

Foto: elmundo.es

*Fuente: Bárbara Sánchez, elpais.com - 05/08/2014

El destinatario era el dios Marte, pero el remitente aún no está claro. Escondido bajo los restos del yacimiento musulmán de Alcalá la Vieja, en el municipio de Alcalá de Henares, los arqueólogos han descubierto un altar dedicado a la divinidad romana de la guerra, de casi 900 kilos y 1,70 metros de altura, con una inscripción que todavía no han logrado descifrar por completo. La pieza, que los expertos datan entre finales del siglo I y principios del II, apunta a la existencia de un asentamiento romano anterior al de Complutum, la antigua ciudad romana sobre la que se asienta Alcalá de Henares.

El polvo y la tierra todavía no dejan ver la inscripción tallada sobre la piedra, aunque las palabras sagrado y Marte se leen ya con claridad. Lo que aún es una incógnita es la identidad de quien ordenó colocar el altar, no para pedirle un favor al dios, sino como ofrenda en señal de agradecimiento. Los expertos creen que el altar pudo estar ubicado en un templo o en otro tipo de espacio público. "Lo que sabemos es que no se trata de un ara funeraria", aseguró ayer la arqueóloga Elena Serrano.


El horno suspendido de Montejo de la Sierra

Paseando por Montejo de la Sierra, población de la Sierra del Rincón, en el Sistema Central, de la que hace poco mencionamos su "mayo", típico del mes que ya finalizó, nos encontramos con esta agradable sorpresa arquitectónica: un horno suspendido. Dicho participio pasivo le viene por salir del muro de la casa a la que pertenece y estar suspendido sin apoyo en el suelo, únicamente sustentado por vigas de madera. Pero, aparte del maravilloso ejemplo de arquitectura rural popular con el que nos encontramos, lo que nos hizo reflexionar sobre el asunto y dedicarle una ficha en este blog, que no está dedicado a estos menesteres, fue leer el texto explicativo que acompañaba al horno y que aportamos más abajo. En él se dice que cumplía "una importante función socializadora", pues en torno a él se reunía la familia, en los largos inviernos serranos, para conversar al calor del mismo. Esta característica, cuasi-divina (ahí tenemos la sacralización que se hacía del hogar en la Antigüedad, como, por ejemplo, en la antigua sociedad romana con los dioses Manes, divinización de los familiares ya fallecidos), de comunicación entre seres humanos en un mismo hogar, donde los mayores transmitían su rica sabiduría popular a sus descendientes, hoy en día ha sido suplantada por ese invento tan nefasto que es la televisión. Ahora son poderes ilegítimos externos los que invaden la privacidad del hogar, para hacer cada vez más pasivo -como meros receptores- a los seres humanos.

Foto: Iberia Mágica - 16/05/2015

*Fuente: cartel explicativo

Algunas de las viviendas tradicionales serranas conservan caprichosos elementos como es el caso de este horno suspendido. Estas construcciones vernáculas mantenían una estructura similar en todo al ámbito serrano. En la planta inferior la cocina y, adosada a ella, un habitáculo para los animales. En ocasiones también se construía una pequeña bodega que a la vez hacía de fresquera. La planta superior albergaba las habitaciones y un espacio destinado al almacenamiento de grano.

El horno, se situaba en la cocina, junto a llar o llares, es decir, los fogones. Se empleaban principalmente para la elaboración del pan. No obstante, era una de las piezas clave de estas construcciones vernáculas, ya que constituía la única fuente de calor de los hogares, en un ámbito situado en plena Sierra del Rincón. Igualmente el horno cumplía una importante función socializadora, pues en torno a él se reunían las distintas generaciones familiares, mientras que realizaban tareas domésticas, comían, conversaban, etc.