domingo, 31 de agosto de 2014

Museo ibérico de la Máscara y del Traje, Bragança

Aprovechando la mención en nuestra anterior entrada de las mascaradas invernales, despedimos el mes de agosto, el mes del ya pasado Lugnasad, poniendo a disposición de los que por aquí pasen un vídeo que grabamos en nuestra visita, en el mes de abril, al Museo ibérico de la Máscara y del Traje de Braganza. Es un pequeño museo, enclavado en la también pequeña y bella ciudadela de Braganza, pero una auténtica joya que recoge numerosas muestras de las mascaradas invernales y de carnaval existentes en Trás-os-Montes y la vecina zona zamorana, tanto de las comarcas de Aliste, Sanabria, Sayago, La Caraballeda, Tierra de Tábara, Tierra del vino y Tierra del Pan.




Verraco, miliario y estela solar en la Iglesia de San Víctor, San Viterio

Gracias al gran programa de televisión de la década de los noventa, Un país en la mochila, presentado por el tristemente fallecido José Antonio Labordeta -vaya desde aquí nuestro homenaje-, hemos conocido tanto el verraco, como el miliario romano, existentes junto a la Iglesia de San Víctor de San Viterio, además de una estela con representación solar dentro de la propia iglesia. El episodio en cuestión, donde ha aparecido San Viterio, estaba dedicado a la comarca de Aliste, una comarca bastante habitual en Iberia Mágica, sobre todo en lo que hace referencia a sus abundantes mascaradas invernales. En nuestra no lejana visita a la comarca de Sanabria, cruzamos, a la vuelta, la comarca de Aliste, pasando, camino de Miranda do Douro, por San Viterio, aunque sin tiempo para parar. Esperamos tener la oportunidad de volver en breve a aquellas tierras y poder contemplar in situ estas evidencias de su rico pasado.

Verraco de San Viterio - adata.es

Miliario - adata.es
El verraco, con esas perforaciones, no sabemos si hechas o no con posterioridad a su autoría, nos recuerda al de Braganza, al que dedicamos ficha hace pocos meses. Ambos se encuentran en territorio astur y, por tanto, no en zona vettona, el territorio donde más abundan estas esculturas célticas zoomorfas. El miliario romano formaba parte, como hito, de la calzada que unía Asturica Augusta -Astorga- con Bracara Augusta -Braga- y que por San Viterio pasaba. En cuanto a la estela con representación solar, desconocemos si es de origen prerromano, con incrustación muy posterior en el muro interior de la iglesia románica, o es de factura románica imitando -o continuando- con la simbología y uso de los motivos celtas decorativos y simbólicos. Como siempre, pedimos la colaboración de cualquier persona que conozca este aspecto. Para finalizar, diremos que son abundantes los castros y yacimientos prerromanos existentes en el municipio de San Viterio y alrededores.

Estela Solar en la Iglesia de San Víctor - Captura de TVE, Con un país en la mochila

Iglesia de San Víctor - adata.es

jueves, 28 de agosto de 2014

La encina centenaria de Udalla, Udalla-Ampuero

En nuestra predilección por los árboles en general y emblemáticos en particular, queremos dedicar una de las primeras entradas de la temporada a uno de estos últimos: la encina centenaria de Udalla. Udalla es una población del municipio de Ampuero, en la comarca cántabra de Asón-Agüera. Bajo esta encina se celebraron los concejos abiertos o reuniones vecinales del lugar y, por lo tanto, como otros muchos árboles de concejo, fue testigo de numerosos acuerdos, además de la planificación de trabajos comunales, de celebración de distintos rituales, de gestión de bosques y pastos, etc. Para tener un mayor entendimiento sobre qué se entiende por "árbol de concejo", traemos unas líneas extraídas del libro "La magia de los árboles" de Ignacio Abella.

Foto: Wikipedia

*Fuente: La magia de los árboles, Ignacio Abella

Bajo la denominación de “Árboles de Concejo”, Árboles de junta o junteros ,entendemos todos aquellos que tradicionalmente servían como sede de las reuniones vecinales. 
La etimología es clara, concejo viene del latín “concilium”, asamblea o reunión. Y una institución jurídica de gran importancia era el Concejo Abierto, es decir, la asamblea de vecinos que decidía y regulaba los temas de convivencia y las cuestiones comunes, en una de las versiones más antiguas de la democracia. Estas reuniones se han llevado a cabo, tradicionalmente, bajo los árboles totémicos. Entre las funciones que ejercía este árbol central en gran parte de Europa, diremos que era el lugar de encuentro, la sede de las asambleas de jurisdicciones comarcales o municipales.
En muchos lugares se consideraba que la palabra dada, y los tratos al pie de estos árboles debían ser inviolables. En estos Concejos Abiertos se elegían alguaciles o representantes, se dirimían las cuestiones sociales, se planificaban los trabajos comunales, se decidía sobre la gestión de pastos, helechales y terrenos del común, repoblación de montes, acotados… Esta institución era, por tanto, el centro neurálgico de la sociedad y del paisaje que, desde allí, se planificaba y gobernaba
Por otro lado, la ley y las ordenanzas propias de cada lugar, se hacían en estas mismas asambleas bajo los mismos árboles, que también servirían para celebrar los juicios. Pactos, tratos y acuerdos de cierta relevancia se sellaban al pie de árboles testigos. Y numerosos rituales, fiestas y otros eventos se realizaban asimismo alrededor. En muchas regiones, los tejos y otros viejos árboles fueron también mausoleo vivo, entre cuyas raíces se iban enterrando, por generaciones enteras, todos los vecinos del lugar hasta formar un “árbol ancestral”.


miércoles, 27 de agosto de 2014

La Cova del Llop Marí, Tabarca

Volvemos tras un descanso a tomar aposento en nuestro humilde rincón, espacio en el que andamos tras las huellas de la ancestralidad ibérica. Uno de los lugares que hemos visitado estos días es la Isla de Tabarca, o Planesia -isla Plana-, como se la conocía en la Antigüedad y como la citó Estrabón en el Libro III de su Geografía, o, quizás de manera más precisa en la actualidad, Nueva Tabarca, pues de la isla tunecina de Tabarka llegaron en 1768 sesenta y nueva familias de origen genovés, denominando a la isla la Nueva Tabarca, en recuerdo de la isla del Mediterráneo meridional que habitaron y donde, más tarde, fueron hechos esclavos por el bey de Túnez de la época. Al igual que ocurría en otros rincones del Mediterráneo, por ejemplo, en el Cabo de Gata, hasta las primeras décadas del siglo XX, aún se podían contemplar, en la península y sus islas, ejemplares de foca monje o foca mediterránea, denominada también lobo marino o llop marí en valenciano.
Es precisamente esta la denominación como se conoce a la Cova del Llop Marí, una cueva, con dos entradas, a la que pudimos acceder nadando desde una bonita cala y que supone una auténtica delicia adentrarte en ella. Según cuenta la leyenda, cruza de un lado al otro la isla, aunque, verdaderamente, tiene unos cien metros. Como ocurre con muchos de estos lugares y de estos animales -las focas monje en este caso-, han sido idealizados de tal forma, que se les otorga formas monstruosas que llegan a rozar o adentrarse en lo mitológico. Así se dice, en la propia wikipedia, que "según la leyenda popular es el refugio de un horrible monstruo marino, de cuerpo liso y viscoso con boca armada de dientes de diferentes tamaños y formas, al cual persiguen los tabarquinos por las noches". A continuación, traemos un triste relato sobre este leyenda, no siendo menos triste la realidad -ya se sabe que, principalmente, el mito no es otra cosa que la idealización y fabulación de un hecho cierto-, pues la última pareja de foca monje que vivía en la isla de Tabarca fue capturada un 26 de mayo de 1938, en plena Guerra Civil española.

Cova del Llop Marí bajo un tramo de muralla - Iberia Mágica

*Fuente: alicantevivo.org

Tabarca tiene al sur una gruta que se interna unos cien metros por el subsuelo de la población. Y en esta gruta penetran las aguas del mar, a cuyo favor entran también pequeñas embarcaciones de poco calado. Esta caverna se llama "La Cova del Llop Marí", porque a ella vienen este pez que es grande y feroz, de cuerpo liso y viscoso, y su boca está armada de dientes de varios tamaños y formas.
Aprovechando la oscuridad de la noche, los habitantes de Tabarca se atreven a penetrar en la gruta y, tirando al mar sus anzuelos, pescan al Llop Marí.
La cueva es de aspecto fantástico, y entre las estalactitas que cuelgan de la techumbre se ven concavidades donde se recogen las gaviotas.
A finales del siglo XIX, la gruta recibió la visita de dos enormes lobos marinos. Allí se cobijaron para recibir el nacimiento de su primer hijo. Pero los isleños consideraron aquello una invasión y un peligro, pues iban a destruir las redes y a comerse la pesca.
Esperaron a una noche de luna llena y atraparon a la pareja por sorpresa. El miedo precipitó el parto de la hembra, cuya cria nació muerta. Fue tal su tristeza que también la madre murió.
Y el padre, en su soledad más angustiosa, lanzó aullidos de dolor y de rabia que perforaron los tímpanos de los isleños durante 3 días. El tiempo que tardó en morir.
Hay habitantes de Tabarca que afirman que su cadaver está aún en las profundidades. Y las noches de luna llena, desde la gruta, lanza ayes lastimeros que se escuchan desde la misma Santa Pola. Pero luego, en el mar, se forma una procesión de lecholas, calamares, lisas, sepias, salmonetes y langostas, que asisten a un curioso cortejo fúnebre. Y en el fondo de la gruta, se extienden como alfombra, las algas, esponjas, petrosias y axineles.
Un funeral en honor a aquel gran lobo marino que murió de soledad añorando a su familia...
Y que aprendió a llorar después de muerto.


Azulejos con la denominación de Planesia sobre le dintel de la puerta de una casa tabarquina - Iberia Mágica
Ilustración algo exagerada en tamaño de la Cova del Llop Marí - alicantevivo.org
Ubicación de la Isla de Tabarca en la provincia de Alicante


 
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