martes, 19 de julio de 2011

Petroglifos de Campo Lameiro

Hoy nos acercamos a un territorio donde se ubica una de las mayores concentraciones de petroglifos, no sólo de la Península Ibérica, sino de Europa. Hablamos del Parque arqueológico de Campo Lameiro, declarado Monumento Histórico Artístico desde en 1974. Está apunto de inaugurarse un Centro de Interpretación de grandes dimensiones, para facilitar al público el entendimiento de todo este conjunto. El Parque Arqueológico ha sido declarado como tal este mismo mes -el día 6-, siendo, según se dice, el primero de Galicia.
















Entre los distintos grabados destacan círculos con cruz interna, rectángulos divididos en cuadrantes, cazoletas simples o con trazos radiales, círculos concéntricos, figuras de serpientes o serpentiformes, herraduras, ciervos, antropomorfos esquemáticos, escenas de caza, caballos e incluso jinetes con brida en una mano y vara o lanza en la otra.
Se pueden seguir seis rutas distintas en la visita a este conjunto de Campo Lameiro, donde además de los petroglifos existían algunos megalitos o túmulos, hoy día saqueados, como el de San Cristobo de Couso o el de Santa Mariñas das Fragas, este último destruido en 1948 para la construcción de una carretera. El conjunto de petroglifos están datados en la Edad del Bronce.

viernes, 15 de julio de 2011

El Dolmen del Teriñuelo y su enterramiento campaniforme, Aldeavieja de Tormes

Ya que llevamos una semana en la que las necrópolis son las protagonistas, terminemos con otra; en este caso y, al igual que en la de Ciempozuelos, de la cultura Campaniforme, siendo, precisamente los restos encontrados pertenecientes al denominado Grupo de Ciempozuelos. En concreto, estos restos campaniformes fueron encontrados en el Dolmen del Teriñuelo, perteneciente a la localidad de Aldeavieja de Tormes, en tierras charras.
Existe muy poca información en la red sobre este dolmen y los restos hallados, salvo la web lacavernadezarathustra.blogspot.com, de la que tomamos prestada la foto para ilustrar la entrada, la calificación de este dolmen como Bien de Interés Cultural, aunque por su abandono quién lo diría, y el estudio de los profesores Ricardo Martín Valls y Germán Delibes de Castro, del que hemos extraído las siguientes líneas.
















En la provincia de Salamanca no son muchos los hallazgos campaniformes conocidos, pero, curiosamente, todos ellos aparecen hacinados en el valle del Tormes. La primera noticia que tenemos de esta cerámica es facilitada por el Padre Morán en la memoria de sus excavaciones en dólmenes de Salamanca, refiriéndose a los materiales del Teriñuelo de Aldeavieja de Tormes[...]...figuran diversos fragmentos de cerámica incisa con pasta blanca incrustada, clara modalidad de Ciempozuelos, junto a otro puntillado de bandas con engobe rojo almagra, y un bagaje de instrumentos metálicos de gran interés: puñal de lengüeta, dos Palmela, dos leznas bipuntadas y una diadema o cinta de oro con perforaciones en los extremos, todo lo cual nos ofrece un conjunto funerario bastante rico y en línea con los de las mejores fosas de las campiñas meridionales del Duero.
(Ricardo Martín Valls y Germán Delibes de Castro)

jueves, 14 de julio de 2011

El Sepulcro de Pozo Moro, Chinchilla de Montearagón

Hoy nos acercamos a las inmediaciones de lo que dicen fue la antigua Saltici, ciudad íbera que Ptolomeo (II, 6, 60) incluyó en el listado de ciudades o núcleos bastetanos, la actual Chinchilla de Montearagón. Allí, además de encontrarse un importante cruce de vías en la Antigüedad -la Vía Heraklea, más tarde Augusta, y la que unía Carthago Nova con Complutum- se halló una antigua necrópolis íbera donde apareció uno de los monumentos del pueblo ibero más importantes que se conozcan actualmente: el Sepulcro de Pozo Moro. El monumento está fechado entre el S. VI y V a. C., siendo el más antiguo conservado de entre los íberos y habiéndose encontrado prácticamente derruido, por lo que se realizó una reconstrucción del mismo gracias a la base, que se hallaba in situ, y el análisis de la posición del resto de sillares. Sobre el monumento y alrededor del mismo se desarrolló la necrópolis, siendo uno de los pocos ejemplos de tumbas turriformes -con forma de torre- existentes en la Península Ibérica -hablan de unos treinta-. Su decoración tiene una clara influencia orientalizante, con unas curiosas escenas y un marcado simbolismo que pasamos a analizar utilizando la propia Wikipedia como fuente.
Por último, decir que este importante monumento funerario del mundo ibero se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional.






















Tiene sus orígenes en sepulcros neo-hititas. El sentido turriforme es el del árbol de la vida, uniendo la parte terrenal con la celeste. Es la referencia del hombre en la Tierra y en el más allá. Los leones forman un bloque adosado al sepulcro. Aparece el león con las fauces abiertas. El león es un animal de signo positivo y carácter solar. Es un símbolo de protección que defiende el cuerpo y las cenizas. El referente es el toro alado del mundo mesopotámico.

(*Análisis de las escenas de tres de sus caras)

- Una impresionante copa con un personaje dentro de ella. Representación de toros y plantas. Aquí se ve una representación de los trabajos de Hércules (o Heracles), se dan estos relieves porque el sepulcro estaría dedicado a un héroe ibérico, y porque Hércules mediante sus trabajos salvó a la humanidad. Representa el trabajo de los bueyes, el de matar a la Hidra de Lerna. Aparecen representados los dioses mediante una persona sedente alada, tiene en sus manos el árbol de la vida.

-Siguen apareciendo los trabajos de Heracles, con la representación de pájaros que vuelan sobre un árbol. Es el trabajo de matar a los Pájaros del lago Estínfalo. Aparece un jabalí bicéfalo y un gusano con cabeza humana, aquí se ha visto un cerdo ibérico como alusión al animal positivo que ayuda al difunto en la ida al más allá. El cerdo hunde su hocico en la tierra y de las entrañas de la tierra se alimenta de los gusanos que saca, se ve la defensa del alma. El gusano representa a la figura diabólica.

-En la cara este figura el relieve conocido como "banquete", que muestra a varios seres de aspecto monstruoso. A la derecha, uno de ellos porta en una mano un cuchillo afalcatado, al tiempo que toca con la otra una cabeza humana que sobresale de un caldero, el cual está sobre lo que parece un fuego. En la parte izquierda del relieve se sitúa, entronizado, otro de estos seres, que aparece con doble cabeza y lenguas bífidas, y que parece dispuesto a engullir a un humano en otro caldero, en cuya mano derecha sostiene. Con la izquierda agarra la pata de un jabalí muerto, tendido boca arriba sobre una mesa. En el centro de la composición, un tercer ser le ofrece al anterior otro cuenco. Según autores como Olmos,1 o Chapa2 este relieve, como parte de una "heroización" del rey o jefe enterrado, representaría un peligro extremo del que aquel lograría escapar.

En el ritual funerario se da el banquete funerario y como parte del cortejo funerario era muy importante la música. El friso tiene una continuidad, empezando con unos jinetes y acabando con la muerte en sí. En los relieves destaca la figura de la flautista, de la que hay que destacar el traje, que es el ceremonial del mundo ibérico, lleva un pelo muy elaborado. Existe una despreocupación por el canon al contrario que en el mundo griego. Tiene los ojos almendrados y lleva un cinturón decorado con olas de origen cretense.
(Wikipedia)
















Chinchilla de Montearagón

miércoles, 13 de julio de 2011

Necrópolis campaniforme de la Cuesta de la Reina, Ciempozuelos

Entre el Calcolítico y el período inicial de la Edad del Bronce se desarrolló la cultura del vaso campaniforme, llamada así por las vasijas de cerámica con forma de campana invertida generalmente halladas en necrópolis o contextos funerarios.
Dentro de esta cultura queríamos hacernos eco del conocido, internacionalmente, como grupo Ciempozuelos, que se extendió por los valles del Duero y del Tajo y que fue bautizado del tal forma por hallarse, dentro de este término municipal, el primer testimonio en forma de necrópolis de este grupo que se desarrolló en la Meseta entre el siglo XXII y el XVII a. C.
Durante la construcción de la actual M-307 apareció dicha necrópolis en el paraje conocido como Cuesta de la Reina, que hoy día pertenece a Seseña, por lo que desconocemos si el territorio llamado así abarca parte de los dos términos, apareciendo dicho conjunto en la parte de Ciempozuelos, o dicho paraje, en el siglo XIX, pertenecía a Ciempozuelos pasando después, y hasta la actualidad, a la jurisdicción de Seseña. Como siempre, pedimos la colaboración de cualquier persona que lea estas líneas y nos pueda aclarar la ubicación exacta de dicho importante hallazgo.
Lo que es bien patente es que a lo largo de todo este amplio valle, en el curso final del río Jarama, son muchos los testimonios que el ser humano ha dejado a lo largo de periodos y periodos, entre los que se encontraba este antiguo lugar de culto funerario.




















Cazuela campaniforme del conjunto de Ciempozuelos.

Uno de los primeros y más significativos hallazgos campaniformes de la Península Ibérica fue el realizado en la localidad madrileña de Ciempozuelos, que ha dado nombre a todo el grupo cultural de la meseta. Durante las obras realizadas para la construcción de una carretera en 1894, hace ahora un siglo, aparecieron los restos de algunas fosas de enterramiento, que sin duda formaban parte de una auténtica necrópolis, que fueron prácticamente destruidas antes de proceder al rescate de los mismos. Pudieron salvarse algunos esqueletos humanos, un puñal triangular, un punzón, ambos de cobre y un conjunto de once recipientes cerámicos que representan perfectamente las formas típicas campaniformes, consideradas auténticos fósiles-guía: tres vasos acampanados, cinco cazuelas y tres cuencos esféricos, todos ellos con rica decoración incisa de motivos geométricos, formando variadas combinaciones.
(artehistoria.jcyl.es)















La Cuesta de la Reina vista desde la M-307 en territorio de Ciempozuelos, lindando con Seseña, -entorno donde hubo de hallarse la Necrópolis campaniforme-

miércoles, 6 de julio de 2011

Necrópolis de la Osera - Castro de la Mesa de Miranda, Chamartín

El sábado pasado tuve la suerte de visitar este yacimiento por segunda vez, sobrecogiéndome igualmente como la primera. El emplazamiento y la naturaleza circundante de la Sierra de Ávila, donde se haya, con sus abundantes bosques de encinas, no dejan indiferente. La reconstrucción de las murallas del castro, con sus tres recintos, y sobre todo la necrópolis, con una estructura muy distinta a cualquiera otra de su contexto y sus 2130 sepulturas -la necrópolis con mayor número de tumbas excavadas en España- hacen de este antiguo poblamiento uno de los más singulares de entre los vetones. Pero una vez más, dejemos que sean los expertos los que nos cuenten, pues el que subscribe únicamente es un simple recopilador de enclaves de este tipo que, a modo de copista, trae las voces autorizadas en la materia. De este modo, una vez más, traemos a un gran conocedor de estas antiguas tierras vetonas: Ángel Luis Mayoral. De entre las líneas que traemos, resulta también de interés la crítica que realiza a un estudio sobre el que últimamente se habla bastante en relación a esta necrópolis, el estudio arqueoastronómico realizado por Isabel Baquedano.


















La Osera es una necrópolis de incineración, datada entres los siglos IV a III a.c. Aparte de los enterramientos, que aparecen en su mayoría aparecen en un simple hoyo, se observan una serie de túmulos de entre 2 y más de 6 metros de diámetro.Las sepulturas individuales se presentaban casi siempre sin protección, o protegidas por una simple laja de piedra, o algo de adobe.[...]
Los hallazgos permiten interpretar la sociedad que hizo uso de La Osera como una sociedad fuertemente jerarquizada, por la aparición de un reducido número de enterramientos Algunos autores interpretan las estructuras tumulares como cenotafios, por carecer -salvo excepcionalmente- de enterramientos en su interior, como ocurre principalmente en el sector 1 de La Osera; apuntando no obstante la posibilidad de que estemos ante la representación de un orden o jerarquizado, que sería reflejo del sistema tribal o de clanes en que estaba organizada presumiblemente la vida en el castro.Los Ajuares están presentes en un 50% aproximadamente de las tumbas y no difieren notablemente de los que aparecen en el resto de las necrópolis de la época en territorio vetón, apreciándose las diferencias en cada sector de la necrópolis, esto es, manifestándose las diferencias sociales dentro de cada grupo de enterramientos; unos pocos muy ricos y otros carentes por completo de ajuar -e incluso de urna o vasija de cerámica que contuviese las cenizas- con situaciones intermedias de hallazgos de sepulturas con objetos asignados a labores domésticas, sin armas y alrededor, habitualmente de las sepulturas de guerrero. En los distintos sectores de La Osera, el armamento supone entre un 15 y un 26%, densidad similar a la del Raso de Candeleda.

Baquedano describe en su trabajo sobre la necrópolis, integrado en el libro Celtas y Vetones, cómo: “la utilización de programas informáticos adecuados demuestran que los ‘sacerdotes’ que planificaron las necrópolis tenían unos conocimientos astrológicos bastante precisos, íntimamente ligados a las estaciones y a los ciclos biológicos. Los ángulos que marcan las estelas coinciden con la salida y la puesta del sol en los solsticios de verano e invierno, y son también coincidente, o muy próximas, a las cuatro fiestas conocidas del calendario celta. Por último, este almanaque sagrado que visualmente representaría la necrópolis, está muy próximo a la representación de Orión en el cielo nocturno invernal del hemisferio Norte…”
Conste que no negamos esta posibilidad, pero no alienta la adhesión la utilización de términos como: “está muy próximo a la representación” y “o muy próximas a las cuatro fiestas”. Pensamos que no sobraría la corroboración por parte de especialistas en Astronomía, de si los ángulos corresponden exactamente a las fechas descritas y a las interpretaciones visuales propuestas; puede que así se haya hecho, pero en el trabajo no se menciona nombre alguno en que se apoye la teoría. Y tampoco sería mal argumento la existencia de tumbas con elementos rituales exclusivos -puesto que suponemos que los supuestos sacerdotes también fallecerían- mediadores en ese culto a Orión de nuevo cuño en la Península, y mucha aceptación sin crítica por parte de la comunidad científica actual; y con escasa base –que sepamos- en fuentes fiables anteriores.
La apreciación de los esquemas simbólicos tiende a ser bastante subjetiva, y si uno tiene la idea preconcebida de que va a ver Orión, o Las Pléyades, representado en un esquema aparentemente informe, es muy posible que termine viéndolo, pero…¿qué hacemos con las estructuras cuadrangulares y rectangulares? ¿Las obviamos?
(Necrópolis de La Osera, Ángel Luis Mayoral. territorioveton.com)

martes, 5 de julio de 2011

La Cueva de Ekain, Deba

Hoy nos acercamos a uno de los principales santuarios prehistóricos europeos junto a Altamira, Lascaux o Niaux: La Cueva de Ekain. Ésta se situa en la colina de Ekain, de la que toma su nombre, cerca de Deba, constando de varias salas y galerías, con un total de 70 figuras creadas por los artistas del Paleolítico, de las que un 58% representan caballos, lo que ha hecho deducir que quizás fuera un santuario consagrado a este animal o, por lo menos, muestra de la sacralidad del caballo para estas gentes. Abundando en esta hipótesis, hay que decir que mientras en la entrada de la cueva han aparecido numerosos restos de otros animales, seguramente consumidos como alimento, de los caballos son pocos los hallados, lo que indica que este équido quizás fuera totémico para estas personas.
Esto mismo se desprende de la contestación al email que un amigo -del blog edygarcia.blogspot.com- envió al Centro de Interpretación de la Cueva de Ekain y que hoy traemos tal cual a Iberia Mágica, además de una segunda cita.













Entrada a la verdadera Cueva de Ekain

Creemos que los caballos eran animales sagrados para ellos, sabemos que no se alimentaban regularmente de ellos porque en el yacimiento arqueológico de la entrada de la cueva se han encontrado tan solo 12 esqueletos de caballo, frente a 697 ciervos.
(Centro de Interpretación de la Cueva de Ekain, 4 de marzo de 2011)

...no menos sugerente resulta la roca situada en el centro de la cueva, junto al grupo de figuras más importante, que recuerda poderosamente una cabeza de caballo. Lo que sería el orificio nasal parece haber sido tallado, y va acompañada de la pareja caballo-bisonte. Por eso, se considera una parte más de las representaciones y, unida a la primera pintura, hace pensar en una cueva dedicada al caballo.
(gipuzkoamuseobirtuala.net)
















Panel de la réplica de la Cueva de Ekain, en Zestoa

lunes, 4 de julio de 2011

El Collar de "la Sacerdotisa del Sol" - Necrópolis de Navafría, Clares-Maranchón

Hoy nos acercamos a la comarca de Señorío de Molina-Alto Tajo, en concreto, a la Necrópolis celtibérica de Navafría, para hablar de una pieza muy singular: El Collar de la Sacerdotisa del Sol. Fue descubierto por el arqueólogo, historiador y político Enrique de Aguilera y Gamboa, XVII Marqués de Cerralbo, en 1914, quién lo bautizó con el nombre por el que hoy lo conocemos. Es un collar de arcilla cocida fechado en el siglo IV a. C. y, tal y como interpretó su descubridor y estudioso, parece tener un carácter sagrado.
Pero dejemos que sea el propio Marqués de Cerralbo quien nos hable sobre este misterioso y atrayente collar que, hoy día, reposa en el Museo Arqueológico Nacional.





















Notabilísima singularidad de un collar que encontré en una sepultura de una urna cineraria; collar que armé denominándole sideral por inducirme a la hipótesis que hubo pertenecido a una sacerdotisa del culto al Sol, por los objetos que constituyen este único y admirable collar, pues lo componen cuatro ruedas que en la Antigüedad siempre representaron también el Sol: como los cuatros cuernos de la Luna, la diosa Eaco de los celtíberos en sus cuatro fases; y los cuatro cisnes del viaje nocturno del Sol en la barca que, tirada por un cisne, surcaba el río Océano, para reaparecer todos los días por Oriente. Y los cuatro cisnes, son de cuatro tamaños, que representando ser más grandes y fuertes según la duración del viaje exigía, así el mayor condujera al Sol en el Solsticio de invierno con sus noches más largas; el cisne que le sigue en tamaño al equinocio de otoño, el cisne tercero al de primavera y el cisne más pequeño al Solsticio de verano con las noches más cortas, y por consiguiente de más breve navegación. Los demás objetos de tan excepcional sepultura, son el aparato para sostener sobre la cabeza las altas caperuzas de las sacerdotisas y varios adornos conocidos.
(Marqués de Cerralbo)
















Clares, pedanía de Maranchón muy cercana a la Necrópolis celtibérica de Navafría

viernes, 1 de julio de 2011

Palacio de La Mata y necrópolis de Montón de Tierra Chica, Campanario

Hoy volvemos al contexto turdetano, para hacernos eco, no sólo del edificio monumental de La Mata, fechado en el periodo orientalizante, allá por la mitad del I Milenio a. C., sino de una necrópolis en las cercanías de éste, donde se puede observar una gran tumba tumular perteneciente seguramente a un personaje de rango dentro del grupo aristocrático que ocuparía dicha residencia rural. El edificio La Mata, en el término municipal de Campanario, y su necrópolis de Montón de Tierra Chica se pueden encuadrar en el mismo periodo histórico que el palacio-santuario de Cancho Roano, del que ya dimos cuenta por aquí, y que se encuentra a escasos kilómetros, además, de este yacimiento. Ambos tuvieron un mismo final: ser pasto de las llamas.


















Tumba y necrópolis de Montón de Tierra Chica


Otro argumento de la jerarquización social del entorno de "La Mata" se encuentra en la tumba descubierta en los años treinta bajo el "Montón de Tierra Chico". Es una especie de cámara de poco más de 1 m. de lado, construida en mampostería y recubierta interiormente con sillares de granito. En su cabecera, se aprecia una hornacina y su fondo es escalonado. Su limpieza y la excavación de uno de los cuadrantes del túmulo han permitido valorarla como la sepultura -individual o colectiva- del grupo aristocrático de "La Mata". Edificio y tumba son visibles entre sí y, a su vez, constituyeron referencias visuales ineludibles para todas las granjas del entorno.
[...] Antes de su excavación sistemática, "La Mata" era un túmulo de tierra de 32 m. de diámetro en su base y 4 m. de altura media. En la zona, era reconocido con el expresivo topónimo de "Montón de Tierra Grande" para diferenciarlo del "Montón de Tierra Chico", un túmulo funerario de menores proporciones y distante de aquél unos 400 m. al Sur. Ambos túmulos fueron excavados con escasa fortuna en los años treinta del siglo XX. Las excavaciones modernas en "La Mata" se han llevado a cabo entre 1990 y 2002. En concreto, han consistido en la investigación y restauración del túmulo de mayor tamaño y en la reexcavación y limpieza de la tumba asociada al más pequeño. Bajo el "Montón de Tierra Grande", se ocultaba un imponente edificio arruinado e incendiado hacia el 400 a. C.
(lamata.info)
















Palacio de La Mata
 
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